DATOS DE EXPORTACIONES DE CABALLOS DE PASO FINO
Ya en 1765 (siglo 18), nos dice Alejandro O’Reilly en su memoria al Rey Carlos III, sobre la Isla de Puerto Rico, “Que de 1760 al 1765, se vendieron 115 equinos para exportación”, lo que nos indica como va desarrollándose el interés fuera de la isla por los equinos de Puerto Rico.
Por la fama de los caballos de Puerto Rico que eran “muy admirados en las Antillas” y analizando las exportaciones que se dieron a partir del siglo 18 a República Dominicana (1750 al 1800, 1915, 1920, 1930, 1940 al 1950), a las Antillas (1800 al 1850), Cuba (1883, 1899), Venezuela, Colombia, otros países de latino américa y Estados Unidos, podemos concluir que los ejemplares exportados a estos países ya cargaban el genoma de Paso Fino en su estructura genética y por sus cualidades eran adquiridos para mejorar el paso de las poblaciones equinas de esos países.
Tomás de Córdova en manuscrito como secretario del gobierno presenta a su majestad, “Que de 1815 a 1827, la isla exportó, 2,779 ejemplares”, también nos dice el historiador Víctor Shoelder en 1843, “El caballo de Puerto Rico es famoso en las Antillas y constituye una importante rama del comercio de la isla”.
En 1883 se exportaron 674 caballos que dejaron un beneficio de 18,872 pesos. Estos fueron exportados en su mayoría a la vecina isla de Cuba.
Estas citas tan tempranas de exportación de nuestros caballos para el siglo 18 y 19, nos confirma que el genoma del Paso Fino en la estructura genética de nuestra raza caballar estaba ya establecido por lo que eran famosos y deseados por sus características en las Antillas y que se pudo haber propagado sin control ya que una vez salían de la isla era casi imposible seguir sus trayectorias, saber lo que ocurriría con ellos y hasta dónde podían llegar, quién los podía obtener y como los combinaban con otras poblaciones caballares. Algo que nos hace pensar que muy probable con el pasar de los años, otros países podrían desarrollar poblaciones caballares con características de paso parecidas y posteriormente las reclamaran como autóctonas de sus países o regiones.
En 1945 se regala un potro castado por Genaro Cautiño al Dr. Pompilio Brouwer que fuera bautizado como Caonabo declarado Campeón de Campeones y retirado de competencia por no tener competidores.
En 1948, el Ingeniero Félix Benítez Rexach se llevó a Francia los ejemplares, Emperador, Dulce Sueño II y Perla (libro “Historia Cronológica del Caballo Puertorriqueño”, Dr. José M. Laracuente)
En el libro “Del Caballo Español al de Paso Fino de P.R.” (libro # 9, 1981, serie Carlos Gaztambide Arrillaga), página 15, nos dice; “El autor cree que la mejor yegua de Colombia, llamada Ligia, puede ser una hija de las yeguas de paso fino que vendieron hace muchos años Don Manuel Roig Díaz, Don Enrrique Ubarri y Don Manuel González para Venezuela y que después pasaran a Colombia. Un hijo de Dulce Sueño fue vendido por Don Genaro Cautiño Insúa a Venezuela y está mencionado en mi libro sobre “Cría y mejoramiento “. Hijos e hijas de ese gran padrote pueden haber llegado a Colombia.
De los archivos del Sr. Manuel Roig Jr. sabemos que el caballo Copa Real fue vendido para Virgin Islands Corp. En enero 10 de 1951.
Nos consta de conversaciones con el Sr. Rafael Carrasquillo que su suegro el Sr. Herminio Berríos, vendió al Presidente de Venezuela en $4,000.00 a finales de la década del 1950 su ejemplar Presidente que fuera el ejemplar del año de la Federación en 1954.
En la biografía de Santiago “Cundá” Figueroa, en su exaltación al Pabellón de la Fama del Deporte Puertorriqueño se establece que el Sr. Figueroa fue responsable que se vendiera para Venezuela, el ejemplar Senador, caballo del año 1959 de la Federación del Deporte de Caballos de Paso Fino de Puerto Rico, propiedad del Sr. Gabriel Fuentes Jr.
Posteriormente hubo exportaciones a los Estados Unidos de Norteamérica para la década del 1960 en adelante, las que han sido las exportaciónes más numerosa y han sido la base para crear el American Paso Fino y a su vez, el nacimiento de varias entidades.
A tal extremo llegó la fama de la Raza del Caballo de Paso Fino de Puerto Rico, que a fines de la década del 1960, Walt Disney produce la película Cristobalito The Calypso Colt, sobre la historia ficticia de un Paso Fino, que luego de una lesión en una pata y muchísimos contratiempos gana un campeonato. En la película actúa un niño de nombre Roberto Vigoreaux, quien luego pasó a ser una figura pública de nuestro país.
Posterior a la década del 60 hubo otras exportaciones a Estados Unidos y Colombia en las décadas del 70 y 80 hasta llegar a Canadá en la década de 1990 entre otros países.
El Sr. César Romero (pasado Director de la Oficina de Reglamentación de la Industria de la Raza del Caballo de Paso Fino Puertorriqueño, adscrita al Departamento de Agricultura de Puerto Rico) me comenta el 13 de septiembre de 2015, que tiene información fidedigna que el caballo Pirata y la yegua Borinqueña estuvieron para los años 80’s en Colombia llevados por el Sr. Manuel Diez (dominicano) y hay evidencia de este hecho pues los señores Mario Gómez y Roberto Moreno (colombianos) dan testimonio de haberlos visto en Colombia. Moreno asegura que el reproductor fue usado en algunos criaderos pero no especificó cuales, dijo que no recordaba.
Se entiende que no hay nada registrado como descendencia de Pirata de P.R. (pues hay otro de ese mismo nombre de raza colombiana) en ningún lugar pero si hay evidencia de una Borinqueñita y un Jibarito en la población colombiana, nombres muy puertorriqueños y que aparecen en los registros de Colombia.
El Sr. Guillermo Artau, miembro de la Junta de Directores de la Asociación Insular, en conversación sostenida el 10 de noviembre de 2015, me dejó saber que tuvo una gran amistad con el Sr. José “Pepito” Cordero, empresario puertorriqueño que tuvo caballos de Paso Fino en su potrero en Salinas.
El Sr. Artau confirma, que el Sr. Cordero le confesó que tuvo amistad con el Sr. Pablo Escobar Gaviria cuando este estuvo en la política en su natal Colombia y el Sr. Escobar le compró varias yeguas de la Raza de Paso Fino de Puerto Rico para su crianza en Colombia.
“En las décadas del 1970-80, con el intercambio de criadores colombianos y puertorriqueños del movimineto “Abierto” (promotores del ejemplar colombiano y la mezcla), se trajeron a Puerto Rico, numerosos ejemplares “Criollos de Paso Colombiano”.
De la misma manera, de esa relación, criadores colombianos importaron ejemplares de la Raza de Paso Fino de Puerto Rico, ya fuera de forma directa o a través de la República Dominicana y/o los Estados Unidos de América.
Vale aclarar que las Entidades Puristas de Puerto Rico, celosamente cuidaron los registros genealógicos (mientras estudiaban opiniones de expertos geneticistas) para evitar la contaminación de la Raza con elementos extranjeros a través de registros separados y códigos especiales para los ejemplares colombianos y mezclados.
Estas Entidades Puristas comenzaron a cerrar sus registros entre 1989 y 1991, eliminando las inscripciones de ejemplares colombianos y mezclados y posteriormente en la década del 1990, se establecieron las pruebas de ADN, seguidas por las de filiación genética, para garantizar la pureza de la Raza.